Jennifer fue una de las mujeres más hermosas que apareció en
el cine de los años 40 y 50, y sin embargo su gran encanto, no ensombreció en
ningún momento sus dotes artísticas. Su talento fue reconocido muchísimas veces
, ya que fueron varias de ellas, las que fue nominada a los Oscars, llegando a
conseguir el galardón por el papel desempeñado en “La canción de Bernadette”.
Algunos la tacharon de estirada , pero la cuestión es que
era tímida y enormemente discreta. Nunca quiso formar parte de la farándula
hollywoodiense, que por otra parte la respetaba enormemente, por la gran clase
y el estilo elegante con que se desenvolvía, tanto profesionalmente como en su
vida privada.Hombres importantes cayeron rendidos a sus pies; los mejores
directores que hubo en la época se disputaron su trabajo, y el más notable de
los productores de la era dorada de Hollywood, terminó sucumbiendo a su
magnética personalidad.
Jennifer fue un ejemplo a seguir; supo digerir la fama y los
elogios con estimable elegancia, y nunca perdió su sello personal, que fue el
que la hizo distinta de todas las demás.
“Duelo al Sol”
Nació en Tulsa, Oklahoma el 2 de Marzo de 1919. Sus padres
eran artistas de teatro y vodevil, por lo que la vocación de Jennifer se forjó
desde que era una niña. Ella estaba encantada de compartir con sus padres, éste
artístico trabajo, así que en plena adolescencia, decidió matricularse en una
prestigiosa escuela de interpretación. En ésta escuela fue donde Jennifer
conoció a su primer marido, un estudiante que compartía aficiones artísticas
con ella, llamado Robert Walker.
Contrajeron matrimonio en el año 1939,y la pareja comenzó su
paseo por el mundo artístico ,cada uno de diferente manera; Robert comenzó a
trabajar en la radio, mientras que Jennifer alternaba su carrera de modelo, con
los castings de cine, a los que se presentaba con asiduidad.
En una de éstas pruebas de cine, Jennifer se puso tan
nerviosa, que rompió a llorar desconsoladamente; lo que pasaría por la cabeza
del más poderoso e influyente productor
que había en esos momentos en Hollywood cuando visionó esa prueba, sólo lo sabe
él mismo, pero lo cierto es que David O.Selznick, quedó subyugado por la
actriz, e inmediatamente le ofreció un contrato.
“Duelo al Sol”
En el año 1943, y bajo la firma del maestro Henry King,
llegaría la película que la encumbraría
en el cine, ésta fue “La canción de Bernadette”. Su interpretación fue
extraordinaria; logró transmitir sinceridad y autenticidad, en su personaje de
pastora francesa que es testigo de apariciones marianas.La crítica la alabó y
el público quedó impresionado. Por ésta sublime actuación recibió el Oscar como
mejor actriz principal.
A partir de éste triunfo, supo encauzar adecuadamente su
carrera y protagonizó títulos inolvidables como “Desde que te fuiste” (1944),
junto a Claudette Colbert, Joseph Cotten, o Shirley Temple; “Cartas a mi
amada”(1945), por la que fue nominada al Oscar, o “El pecado de Cluny
Brown”(1946), en la que fue dirigída por el gran Lubitsch.
En el año 1946, protagonizaría otra de las películas por las
que sería eternamente recordada; en “Duelo al Sol”,apareció como una joven
mestiza india ,de la que se enamoran dos hermanos de elevada posición social.
La película, estuvo producida por el todopoderoso David O. Selnznick,su novio en
aquellos momentos, y fue expresamente pensada para lucimiento de Jennifer; la
fotografía fue espléndida y deleitó al público, con imágenes de la actriz en
toda la plenitud de su belleza… una belleza sensual y salvaje en su personaje
de tez morena; por ésta actuación de nuevo fue nominada a los Oscars. Para el
que no haya podido verla, apuntar que la imágen más conocida de la película, se
produce justo al final, con la escena de un beso; ésta escena, ha pasado a
formar parte de la historia del cine.
En el año 1948 fue una película de género romántico,
“Jennie”, la que le traería el exito; la cinta obtuvo unas críticas
inmejorables, y hoy en día, pasados tantos años de su rodaje, se considera una
pequeña joya, con una estética atrayente, y secuencias magistrales, y en la que
por encima de todo, destacaron tanto la interpretación de Jennifer, como la de
Joseph Cotten en su papel de pintor que ha perdido la inspiración, y encuentra
en la extraña Jennie, a su musa ideal.
En el año 1949, trabajaría con dos de los directores más
importantes del momento; de la mano de John Huston, apareció con el título
“Eramos desconocidos”, y bajo la firma de Vincente Minelli, se manifestó dando
vida al personaje de “Madame Bovary”,del que hizo un retrato certero y muy
alabado.
En los años 50, Jennifer consolidó su carrera, con
inolvidables títulos como “Carrie”(1952), un desgarrador melodrama, que
protagonizó junto al gran Laurence Olivier;”Corazón salvaje”(1952);”Estación
Termini”(1953), junto a Montgomey Clift;”La burla del diablo”(1953), junto a
Humphrey Bogart y Gina Lollobrígida; “La colina del adios”(1955), junto al gran
William Holden, o “Adios a las armas”(1957), junto a Rock Hudson; ya a punto de
finalizar el decenio apareció en una producción llamada “Las virgenes de
Wimpole Strett” (1957).
En los años 60 apareció en el que sería el último film
dirigído por el director Henry King, y que se llamó “Suave es la noche”(1961).
"Madame Bovary"
A partir de la muerte del que fuera su marido,el famoso
productor David. O. Selnznick, sus apariciones en el cine se fueron espaciando.
Su carrera hasta la muerte de éste ,estuvo brillantemente dirigída, pero al
faltar él, Jennifer se encontró desorientada y perdida,por lo que su presencia
en el cine a partir de éste hecho fue escasa. Se despidió del cine con la
película “El coloso en llamas”(1974), en la cual formó pareja con el genial
Fred Astaire; su despedida fue grandiosa, ya que la cinta fue considerada una
de las mejores que se filmara jamás sobre catástrofes, y compartió créditos con
innumerables figuras consagradas del cine, como Paul Newman, Steve
MacQueen,Willian Holden, Robert Wagner o Faye Dunaway entre otros.
El memorable final en “Duelo al Sol”
Su vida privada fue algo tumultuosa, e incluso trágica, ya
que el destino quiso que sobreviviera a una de sus hijas. Su primer matrimonio
con el actor Robert Walquer se alargó por espacio de cinco años, durante los
cuales nacieron dos de sus hijos. En el año 1945 se casaría con David O.
Selznick, con quien tuvo una hija, que desgraciadamente terminaría sus días
suicidandose en el año 1976.Con el productor compartió su vida durante 20 años;
la relación terminaría a la muerte de éste en el año 1965.
Bastantes años después llegaría su tercer y último
matrimonio, con un importante coleccionista de arte llamado Norton Simon. Al
morir éste, Jennifer, se hizo cargo del museo que su marido había creado, y
ejerció como presidenta de la junta directiva de la institución.
“La canción de Bernadette”
Jennifer murió recien cumplidos los 90 años, de muerte
natural en su casa de Malibú; fueron 90 años de alegrías, de buenos momentos…
pero también fueron 90 años salpicados de tragedias y desencantos. Jennifer
sobrevivió a sus tres maridos, y los peor de todo….tuvo que seguir viviendo
trás la muerte de su hija; intentó suicidarse al ser golpeada por éste trágico
hecho, y al no conseguirlo cayó en una enorme depresión, de la que sólo pudo
escapar dedicando su tiempo a la caridad y el arte.
Cuando murió, ya hacía casi
30 años que había dejado el mundo del cine; el mundo que tanta satisfacciones
le aportó…el mundo que le dió la fama…la gloria. Al morir, y después de tantos
años de retiro, parecía como que Jennifer hubiera sido una estrella fugaz en
ésto del cine, ya que la prensa internacional, sólo le dedicó unas pocas
palabras; pero no fue así…Jennifer fue una de las figuras femeninas más
importantes de los años 40 y 50, y quedará para siempre en la memoria de los
cinéfilos,como aquella hermosa mestiza que inundó las pantallas del cine con su
hermosa sensualidad, y que nos regaló una de las imágenes de amor más bellas
del séptimo arte…. aquél beso con Gregory Peck en “Duelo al sol”.
"El pecado de Cluny Brown"
(Publicado en
Divas del cine)
Una de las grandes del cine mundial.
ResponderEliminarGrande muy grande.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, un saludo.
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