45 años
Título original: 45
Years
Año: 2015
Duración: 93 min.
País: Reino Unido.
Director: Andrew Haigh.
Guión: Andrew Haigh (Relato: David Constantine)
Fotografía: Lol Crawley.
Reparto:
Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine
James, Dolly Wells, David Sibley, Sam Alexander, Richard Cunningham, Rufus
Wright, Hannah Chalmers, Camille Ucan.
Género: Drama.
Sinopsis:
Solo falta una semana para que
Kate y Geoff Mercer celebren el 45 aniversario de su boda. Tienen pensado dar
una fiesta y los preparativos van viento en popa. Entonces, Geoff recibe una
carta comunicándole que ha sido descubierto el cuerpo de su primer amor,
congelado e intacto en un glaciar de los Alpes suizos. Cinco días después,
cuando llega el día de la fiesta, puede que ya no quede nada que celebrar.
Premios:
2015: Festival de
Berlín: Mejor actor (Courtenay) y actriz (Rampling)
2015: Premios del
Cine Europeo: Mejor actriz (Charlotte Rampling)
2015: Festival
Internacional de Valladolid - Seminci: Mejor actriz (Charlotte Rampling)
2015: National Board
of Review (NBR): Mejores películas independientes del año.
2015: Críticos de Los
Angeles: Mejor actriz (Charlotte Rampling)
2015: Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz
(Charlotte Rampling)
2015: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor
actriz (Charlotte Rampling)
2015: Festival de
Edinburgo: Mejor film británico, mejor interpretación (Rampling).
2015: Women Film Critics Circle Awards: Ganadores Tom Courtenay y Charlotte Rampling.
Best
Screen Couple.
COMENTARIOS:
Su director Andrew Haigh comenta:
"Solo falta una semana para que Kate y Geoff Mercer celebren el 45
aniversario de su boda. Tienen pensado dar una fiesta y los preparativos van
viento en popa. Entonces, Geoff recibe una carta comunicándole que ha sido
descubierto el cuerpo de su primer amor, congelado e intacto en un glaciar de
los Alpes suizos. Cinco días después, cuando llega el día de la fiesta, puede
que ya no quede nada que celebrar."
"En la esfera del amor romántico, la longevidad suele alabarse como un logro. Regularmente se publican pequeñas noticias de uniones que han sobrevivido a muchas décadas y nunca dejan de atraer efusivos comentarios sobre lo delicioso, maravilloso e inspirador que es el amor duradero. ¿Estas parejas escogieron mejor desde un principio, supieron amar mejor si las comparamos a las que se separan antes? ¿O puede ser que escondieran sus problemas más profundamente y supieran evitar las minas emocionales que pueden estallar inesperadamente incluso en la pareja aparentemente más unida? ¿Se incrementa la intimidad con el tiempo? ¿Puede que se rompa de golpe o se erosione lentamente? "
"En la esfera del amor romántico, la longevidad suele alabarse como un logro. Regularmente se publican pequeñas noticias de uniones que han sobrevivido a muchas décadas y nunca dejan de atraer efusivos comentarios sobre lo delicioso, maravilloso e inspirador que es el amor duradero. ¿Estas parejas escogieron mejor desde un principio, supieron amar mejor si las comparamos a las que se separan antes? ¿O puede ser que escondieran sus problemas más profundamente y supieran evitar las minas emocionales que pueden estallar inesperadamente incluso en la pareja aparentemente más unida? ¿Se incrementa la intimidad con el tiempo? ¿Puede que se rompa de golpe o se erosione lentamente? "
Basada en el cuento corto de David Constantine 'In another country', la película cuenta, sin grandes alardes, con claridad, a describir y medir el tamaño exacto de un desastre eterno. La cámara, siempre a la altura de los ojos, sigue de forma pautada cada respiración, cada caricia, cada amenaza. Decía Haneke, y lo afirmaba con Ingmar Bergman como referencia, que lo que distingue a una obra maestra es que es capaz de explicar "el argumento más complicado desde la más absoluta simplicidad".
Y así es. Haigh se las ingenia
con una honestidad y gran sensibilidad para componer un drama sin drama; un
drama en que cada plano es filmado de una forma tan sincera y con tanto detalle
que permite ir más allá de la superficie para, con toda la sencillez del mundo,
alcanzar lo más hondo. También decía Haneke, ya que estamos, que "el miedo
es un motor cultural. Si fuéramos felices no necesitaríamos del arte.
Simplemente, caminaríamos en el paraíso. Sin miedo, no podríamos hacer
películas".
Tras dos filmes anteriores de temática gay, el guionista y
director británico Andrew Haigh (Weekend) cambia de registro y sorprende con
este cuidado drama intimista, donde se muestra tremendamente hábil para
introducir cuestiones de calado: ¿Es posible la comunión real de corazones, el
amor conyugal perfecto? ¿La fidelidad es cosa del tiempo, o tiene que ver más
con la interioridad, con la pureza del corazón, con la entrega de la intimidad?.
Filmada con elegancia, el gran
mérito de Haigh en 45 años es desarrollar con enorme sutileza el impacto de la
noticia, de modo que es con el paso de los días, de las reflexiones, de los
detalles que se precipitan, cuando las proporciones del acontecimiento empiezan
a ser alarmantes. Los preparativos de la fiesta siguen adelante, las rutinas
continúan pero el corazón de la protagonista siente poco a poco que algo
empieza a ocupar demasiado espacio, como una marea que su mente no puede parar
y que le genera cada vez más dudas, le pide más certezas, más respuestas. La amenaza
de emborronar medio siglo de convivencia empieza a impregnar cada momento, cada
gesto, cada mirada.
Está bien retratada la vida
jubilada de un acomodado matrimonio septuagenario. Kate pasea al perro, hace
voluntariado, ambos van al pueblo, se ríen, conversan, se miran y se dejan su
espacio. Es cierto que también se olfatea una leve distancia, algo que no sabe
si es fruto de la flema y el individualismo británico o consecuencia de la
enfermedad padecida por Geoff, e incluso puede que el director buscara con ello
a conciencia contar la realidad de esas dos almas, como si esa falla interior
fuera tan solo la punta de un enorme iceberg. ¿No es toda la película una
metáfora sobre la incapacidad de comunión conyugal?. (decine21)
Pero también tiene una especie de hormigueo interior, como una película de terror en la que los fantasmas aparecen o uno de los cónyuges va loco con un cuchillo de cocina. Evidentemente nada de eso sucede. Pero cuando Kate sube las escaleras para ir al desván, el perro ladra furiosamente, como advirtiendola de no seguir adelante. El comportamiento de Geoff (Courtenay) hace que te preguntes si todo lo tiene calculado y estuviera usando su edad y enfermedad como una máscara para mantener escondidos sus verdaderos sentimientos.
La escena final del baile de aniversario, con la canción de los Platters (El humo ciega tus ojos), no puede ser mas dramática y ambivalente. En esta escena, juega un papel fundamental la impresionante mirada de Charlotte Rampling. Su mirada muestra su estado de ánimo, puedes leer su pensamiento.
Pero también tiene una especie de hormigueo interior, como una película de terror en la que los fantasmas aparecen o uno de los cónyuges va loco con un cuchillo de cocina. Evidentemente nada de eso sucede. Pero cuando Kate sube las escaleras para ir al desván, el perro ladra furiosamente, como advirtiendola de no seguir adelante. El comportamiento de Geoff (Courtenay) hace que te preguntes si todo lo tiene calculado y estuviera usando su edad y enfermedad como una máscara para mantener escondidos sus verdaderos sentimientos.
La escena final del baile de aniversario, con la canción de los Platters (El humo ciega tus ojos), no puede ser mas dramática y ambivalente. En esta escena, juega un papel fundamental la impresionante mirada de Charlotte Rampling. Su mirada muestra su estado de ánimo, puedes leer su pensamiento.
Los dos actores principales están
soberbios, y han ganado merecidos premios por su interpretación. Charlotte Rampling está sencillamente inconmensurable, inmensa, con ver su mirada ya te lo dice todo y sin
lugar a dudas en el mejor papel de su vida, Tom Courtenay está sublime y es que este actor no interpreta, sencillamente se mete dentro del personaje
y se transforma en él, el gran mérito de un actor consiste en “que no se note que está
interpretando” y esto Courtenay siempre lo ha hecho muy bien: “La soledad del
corredor de fondo”, “Billy Liar”, “Doctor Zhivago”, “King and Country”, “The Dresser”, “El cuarteto”,etc. etc.
En resumen, Andrew Haigh nos lo cuenta todo con sensibilidad, con sutilidad, sin subrayados. Película que invita a
reflexionar sobre el amor, la convivencia matrimonial y la intimidad del
corazón humano, no es tanto la vejez
lo que se debate en '45 años' sino el amor azotado por el tiempo, que es lo
mismo que el amor moldeado por el silencio.
Obra maestra.
Trailer:
Calificación: 6 de 6.
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