lunes, 29 de junio de 2015

Estrellas del cine: Rock Hudson y Dorothy Malone.


Rock Hudson y Dorothy Malone durante el rodaje de la excelente 'Escrito sobre el viento' (Written on the wind, 1956), de Douglas Sirk.

miércoles, 24 de junio de 2015

Murder, My Sweet (Historia de un detective) - (1944) - (Director: Edward Dmytryk)



Historia de un detective

Título original: Murder, My Sweet

Año: 1944

Duración: 95 min.

País: Estados Unidos.

Director: Edward Dmytryk.

Guión: John Paxton (Novela: Raymond Chandler)

Música: Roy Webb.

Fotografía: Harry Wild.

Reparto:

Dick Powell, Claire Trevor, Anne Shirley, Otto Kruger, Mike Mazurki, Miles Mander, Douglas Walton, Don Douglas.

Género: Cine negro.

Sinopsis:

Esta intriga policíaca narra las aventuras de Philip Marlowe, un detective privado de Los Ángeles que resuelve todo tipo de misterios. Cuando el exconvicto Moose se pone en contacto con él sobre lo que parece un caso de lo más rutinario, una serie de pistas falsas aparecen en escena acusando al protagonista de unos crímenes que no ha cometido. Sin embargo, todas las pruebas clarifican su intervención en el terrible homicidio…


COMENTARIOS:


Un interrogatorio y un flashback dan inicio a la trama de la película. El interrogado es nuestro detective. Las sombras hacen casi invisibles a los policías que lo interrogan y él aparece con los ojos vendados. Estos juegos con las sombras y la iluminación son constantes, veremos cómo unos intermitentes neones se reflejan en el rostro de Powell y su despacho al inicio de su relato. Esa iluminación hará aparecer de forma fantasmagórica a Moose Malloy reflejado en un cristal, una solución visual excepcional.




Philip Marlowe y Sam Spade son las figuras más representativas de las novelas de detectives y así también de las películas de este género. El primero nace de la mente de Raymond Chandler y el segundo es hijo de Dashiell Hammett, ellos dos se encargaron de moldear la figura del detective privado. Marlowe es el protagonista en esta “Murder My Sweet”, una adaptación de la novela de 1940 Farewell, My Lovely, escrita por Chandler. Originalmente el filme se estrenó con el título original de la novela, pero los estudios decidieron cambiarlo para buscar un nombre más llamativo.


En 1975 se hizo una nueva versión con "Adiós, muñeca" (Farewell, My Lovely), con Robert Mitchum como Marlowe.





Cuando la RKO "fichó" a Dick Powell para hacer una serie de comedias y musicales (en los que, insisto, el actor se hallaba encasillado desde los años treinta) no se imaginaban que la estrella iba a cambiar drásticamente de registro para unirse a los Humphrey Bogart, Edward G. Robinson o John Garfield en la edad de oro del cine negro. Esta transformación no fue casual: Powell exigió una cláusula en su contrato que le permitiera actuar en dramas, lo que le llevó directamente al papel de Philip Marlowe, basado en la novela "Farewell, My Lovely" de Raymond Chandler.

La cinta, finalmente se tituló Murder, My Sweet, para evitar la confusión a un espectador que podía creer que se encontraba ante un título afín a Desfile de Candilejas o a La Calle 42. Aterrado por el casting el director, Edward Dmytryk, siguió adelante con la película, con el beneplácito de Raymond Chandler que sí creía en Powell.





Lo cierto es que el actor resultó un convincente Marlowe, uno de los tres mejores en interpretar el papel. Quitando el experimento subjetivo de Robert Montgomery en La Dama del Lago (Lady in the Lake, 1947), y algunos menos afortunados, los otros destacables fueron Humphrey Bogart, en la obra maestra de Hawks El Sueño Eterno (The Big Sleep, 1946); y Elliot Gould en la singular El Largo adiós de Robert Altman (The Long Goodbye, 1973), donde la trama rozaba la parodia, los actores parecían improvisar y los diálogos anunciaban el cine de Quentin Tarantino, casi dos décadas antes.

La sensación de parecer que siempre estaba a punto de ser golpeado o convaleciente de alguna pelea, más la angustia que Chandler siempre le quiso dar a su personaje, encajaba muy bien con el físico más débil de Powell -pero la mente despierta- frente a unos oponentes tan amenazantes como Otto Kruger, con aspecto de Nazi, (La Segunda Guerra Mundial aún no había finalizado y los "malos" que mejor funcionaban de cara a la taquilla eran los de aspecto germano) y el gigantón Mike Mazurki.





Como en otras películas basadas en la obra de Chandler, los diálogos presidían un tratamiento del guión muy entretenido gracias a que el protagonista se enfrentaba a dos casos distintos; dos historias en apariencia, diferentes, que se solapaban y encontraban al final de camino. El relato en off, dentro de un larguísimo flashback, las ironías de Marlowe, la confusión de la trama, la rubia fatal (Claire Trevor) y la fotografía tenebrosa redondeaban uno de los mejores film noir de la época. Uno de los responsables de que Nino Frank (periodista francés) bautizara el género con dicho adjetivo.





Bajo las nuces de neón de Los Ángeles filmada en blanco y negro, entre finas tandas de lluvia incesante y niebla opaca, en escenarios teñidos de un intenso negro color noche, "Historia de un detective" destaca con luz propia en el olimpo de las mejores obras maestras del cine negro... y la interpretación del cantante, actor, productor y director Dick Powell como el sarcástico e irónico Marlowe, es de lo mejorcito del género...

Merece la pena verla aunque sólo sea por deleitar nuestros oídos con los insuperables diálogos de las novelas de Chandler, secos y lacónicos, incisivos, irreverentemente adolescentes y directos al pecho del espectador como ranas mojadas encima de rocas frías...O aunque sólo sea por ver a Marlowe encender una cerilla con el trasero de una estatua de Cupido, imagen fetichista donde las haya...





Con algunas variaciones menores con respecto a la novela de Chandler la película continúa siendo una gran obra.


Trailer:







Calificación: 5 de 6.

lunes, 22 de junio de 2015

Estrellas del cine: Alan Ladd, Van Heflin y Brandon De Wilde.


Alan Ladd, Van Heflin y Brandon De Wilde, de celebración de cumpleaños durante el rodaje de 'Raíces profundas' (Shane, 1952), de George Stevens.

domingo, 21 de junio de 2015

The Masque of the Red Death (La máscara de la muerte roja) - (1964) - (Director: Roger Corman)




La máscara de la muerte roja

Título original: The Masque of the Red Death

Año: 1964

Duración: 89 min.

País: Reino Unido.

Director: Roger Corman.

Guión: Charles Beaumont & R. Wright Campbell (Historias: Edgar Allan Poe)

Música: David Lee.

Fotografía: Nicolas Roeg.

Reparto:

Vincent Price, Hazel Court, Jane Asher, David Weston, Nigel Green, Patrick Magee, Paul Whitsun-Jones, Robert Brown, Julian Burton, David Davies, Skip Martin, Gaye Brown, Verina Greenlaw, Doreen Dawn, Brian Hewlett, Sarah Brackett.

Género: Terror.

Sinopsis:

Edad Media, siglo XII. Inspirada en el relato homónimo de Edgar Allan Poe (1809-1849). Mientras una plaga devastadora -conocida como la Muerte Roja- diezma la población de una pequeña provincia italiana, el sádico y excéntrico príncipe Próspero se encierra con sus amigos en una de sus propiedades fortificadas para evitar el contagio. Para evadirse de la tragedia, decide organizar una fiesta de máscaras, en la que somete a los invitados a todo tipo de juegos depravados, de los que sólo podrán salir indemnes dos inocentes.






COMENTARIOS:

Uno de los hitos del cine de terror de los años 60, y la película más prestigiosa de Roger Corman . Era su sexta adaptación de una obra de Edgar Allan Poe, filmando en Inglaterra con una inquietante fotografía del posterior director Nicholas Roeg y utilizando escenarios más lujosos de lo habitual gracias a que aprovechó los usados en Becket.





Vincent Price, en una de sus interpretaciones más notables, es un cruel príncipe que tiene atemorizada a toda una comarca. En su castillo comete todo tipo de barrabasadas, realizando cultos a Satán. Sin embargo, una misteriosa figura de rojo que destruye todo lo que toca amenaza su poder.

Una cumbre en la obra de Corman en una estupenda adaptación del relato de Poe. El film contiene un prólogo bastante lento en el que se describen las fechorías de Price, dueño y señor de su propio mundo. Luego sigue la configuración ascendente de la tensión.





Nos situamos en plena Edad Media, en una pequeña población italiana ha estallado una epidemia de peste, mientras la plaga, conocida como la Muerte Roja, diezma la población, el sádico príncipe Próspero (Vincent Price) se encierra con sus amigos en su aislado castillo para evitar el contagio, pero la Muerte Roja terminará por hacerse omnipresente.

Gracias a su magistral estilo de narración, la intensa fotografía en color de Nicolás Roeg, el eficaz montaje, y la magnífica interpretación por parte de sus protagonistas (es de resaltar sobre todo la actuación de Vincent Price, lo retorcido, cruel e imprevisible de su personaje hace de él el centro absoluto de la película), este film se ha convertido con el paso del tiempo en una pequeña obra maestra de Corman.





Para convertir las siete páginas en una cinta de hora y media, se lleva la historia un escalón más arriba, imprimiéndole un aura de reflexión religiosa y moral, que el relato nunca tuvo, ampliando el catálogo de personajes y escenas, cambiando ligeramente la trama y añadiendo varias subtramas vinculadas a personajes secundarios.





La cinta no se limita a acumular argumento y trama sobre la idea del relato, como normalmente ocurre con este tipo de adaptaciones, sino que le da un sentido nuevo, añadiendo formas y detalles nuevos a las ya conocidas escenas del original para llevar la historia a una nueva dimensión de terror.

En lo negativo, debo señalar que en la segunda parte de la cinta pierde algo de tensión, la convencional interpretación de Jane Asher y el mal envejecimiento de algunas escenas y efecto algo triste e inevitable.





Pero, el gran acierto de esta película, por encima de todo es que, con su horror, violencia, y morbo, es para todos los públicos. ¿Cuántas películas de terror tienen esta etiqueta?  Un brindis por el ingenio de Roger Corman, por crear algo terrorífico sin recurrir a los simples excesos de sangre.

Trailer:




Calificación: 3 de 6.

sábado, 20 de junio de 2015

viernes, 19 de junio de 2015

Magnífico McQueen (Magnificent McQueen)







Magnífico McQueen



“No estoy seguro de si soy un actor que corre o un corredor que actúa”
(Steve McQueen)


Nacido en Indiana el 24 de Marzo de 1930, Terence Steven McQueen se unió a los 17 años al Cuerpo de Infantería de la Marina trabajando como conductor de tanques y como mecánico, probablemente estimulando así su interés permanente en los vehículos, especialmente en las motocicletas y los coches de carreras.

Recibió en esa misma época una distinción por rescatar a cinco infantes de marina en un accidente de entrenamiento, y aprovechó más adelante sus beneficios militares para estudiar en el Actor's Studio de Nueva York.





En 1955, él y Martin Landau fueron los dos únicos actores a los que Lee Strasberg aceptó tras una prueba general a dos mil candidatos. Al encontrarse con Landau, McQueen le comentó que ya se conocían.

Cuando Landau quiso saber de dónde, Steve le contó que le vio en la parte posterior de la motocicleta de James Dean cuando en una ocasión Dean la llevó a reparar a un garaje de Nueva York. El mecánico de motocicletas de dicho garaje no era otro que McQueen.


“Cuando hierve la sangre"


Steve consiguió su primer papel importante en “Cuando hierve la sangre” (1959), personaje que originalmente iba a ser interpretado por Sammy Davis Jr. Pero una discusión entre éste y Frank Sinatra, protagonista de la película, provocó que Davis fuera sustituído por Steve.

En 1963, McQueen abandonó brevemente el rodaje de “La gran evasión” por considerar que su papel no era lo suficientemente extenso.

Afortunadamente para la historia del cine, dos de sus compañeros de reparto, James Garner (al que le unió siempre una estrecha amistad) y James Coburn, le convencieron para que volviera.


“La gran evasión”

El capitán Hilts al que da magistralmente vida Steve en esta maravillosa película es hoy su más conocido y exitoso personaje, merecidamente recompensado en el Festival de Cine de Moscú con un galardón al mejor actor.

En 1976 Steve apareció, como un motociclista más, con casco y sin acreditar, en la película “Dixie Dynamite”. Se cuenta que se convocó a los motociclistas de la zona para participar en esta aventura de bajo presupuesto y entre los que se presentaron estaba McQueen. Con sobrepeso y una poblada barba, el actor pasó desapercibido hasta que el ayudante de producción vio su nombre en la lista de los presentados.

En la película, según parece, se reconoce su estilo de conducción (de pie sobre los pedales, inclinado hacia delante y la cabeza sobre el manillar).



"El Yang- Tse en llamas"


"El estrellato equivale a éxito económico y el éxito económico equivale a seguridad”

En ese mismo año le propusieron el personaje que hizo Kevin Costner dieciséis años después en el “El guardaespaldas”, pero el proyecto se quedó tan sólo en eso. Curiosamente, McQueen es el actor favorito de Costner y su principal influencia como intérprete.

Formado con el cinturón negro Pat E. Johnson en Tang Soo Do (arte marcial tradicional de Corea, enfocado hacia la disciplina y la práctica de defensa propia), Steve fue también entrenado en Jeet Kune Do por Bruce Lee.

En 1979 le fue otorgada la licencia de piloto privado de la FAA (Federal Aviation Administration), aprendiendo a volar en un biplano Stearman, que había comprado para ese fin, con la misma destreza, según cuentan, con la que manejaba los coches de carreras.



"Los siete magníficos"


En 1982, tras la muerte del actor, el biplano fue vendido en pública subasta junto con su gran colección de vehículos.

“Un actor es una marioneta manipulada por una docena de otras personas. El automovilismo tiene dignidad. Pero necesita la misma concentración absoluta”

A lo largo de su extensa carrera, Steve fue considerado para protagonizar títulos como “El gran Gatsby”, “Alguien voló sobre el nido del cuco”, “Encuentros en la Tercera Fase”, “Harry el sucio”, “French Connection” o “Superman”. Películas en las que, por un motivo u otro, él no se vio apropiado, pero que encumbraron a todos y cada uno de los actores que las llevaron finalmente a la pantalla.

También hubo personajes a los que optó McQueen que se le escaparon de las manos en el último momento. Como el protagonista de “Marcado por el odio”, que finalmente protagonizó Paul Newman, relegando a Steve a un pequeño papel en la película. O el protagonista de “Desayuno con diamantes”, papel que fue a parar finalmente a George Peppard y que Steve no pudo llevar a cabo por su contrato con la serie televisiva "Wanted: Dead or Alive" (1958).



"Papillon"

O el de Sundance en “Dos hombres y un destino”, al que tuvo que renunciar por un problema con su agente. O el del Coronel Kurtz en “Apocalypse Now”, que recayó finalmente en Marlon Brando.

Gran olvidado en los Premios de la Academia (tan sólo fue nominado a un Oscar por “El Yang-Tsé en llamas”), McQueen fue mejor reconocido en los Globos de Oro, consiguiendo una nominación por su gran papel en “Papillon” y obteniendo en 1967 y 1970 el Henrietta Award como actor favorito del año.

“Hay algo en mis ojos de perro lanudo que hace que la gente piense que soy bueno”

Hace hoy 80 años que Steve llegó a este mundo con una motocicleta debajo del brazo. Y en Noviembre del presente año hará ya 30 que se nos fue, demasiado pronto, con tan sólo 50 años de edad, y a la vertiginosa velocidad de un coche de carreras.


"Bullit"


Pero nos ha dejado personajes como Hilts, Papillon, Vin, Cincinnati Kid, Thomas Crown, Bullit, Michael Delaney, Tom Horn, Junior Bonner… Y películas hoy ya clásicas como “La gran evasión”, “Papillon”, “Los siete magníficos”, “El rey del juego”, “Bullit”, “El coloso en llamas”, “Las 24 horas de Le Mans"... Y su maravillosa sonrisa.

Motivos más que suficientes para que permanezca en nuestro recuerdo. Y, por supuesto, a toda pantalla.

Gracias de corazón, magnífico Steve.






(Publicado por Clementine)

miércoles, 17 de junio de 2015

La caza (La caza) - (1966) - (Director: Carlos Saura)


La caza

Título original: La caza

Año: 1966

Duración: 93 min.

País: España.

Director: Carlos Saura.

Guión: Angelino Fons, Carlos Saura.

Música: Luis de Pablo.

Fotografía: Luis Cuadrado.

Reparto:

Ismael Merlo, Alfredo Mayo, José María Prada, Emilio Gutiérrez Caba, Violeta García, Fernando Sánchez Polack, Violeta García, María Sánchez Aroca.

Género: Drama.

Sinopsis:

Tres amigos van de caza a un coto que fue escenario de una batalla durante la Guerra Civil (1936-1939). Todos ellos están pasando por momentos difíciles, separaciones, problemas con el alcohol, de modo que lo que iba a ser una tranquila jornada de caza se convierte en un enfrentamiento entre los tres.

Premios:

1966: Festival de Berlín: Oso de Plata - Mejor Director.






COMENTARIOS:

La década de los sesenta fue una fiesta cinematográfica en Europa. El auge de los nuevos cines fue simplemente aplastante, avasallador en su ruptura, deslumbrante en su inteligente atrevimiento. La revolución narrativa y estética experimentada por el cine también tuvo una gran significación en la industria de cine española, donde incluso se vio apoyada por un ligero cambio en el apoyo del régimen franquista (con el nombramiento de García Escudero como director general de Cinematografía y Teatro), pese a que seguía inamovible la Junta de Clasificación y Censura de Películas. El conocido como Nuevo Cine Español (NCE) siempre se ha hallado por detrás de las olas francesas, italianas, inglesas y alemanas, pues pese a la importancia que tuvo en su momento, pocas huellas reconocibles han perdurado en la evolución histórica del cine español, incluso dentro de las filmografías de los propios realizadores que lo conformaron. La lista de realizadores es larga si aunamos tanto al grupo que surgió de las Conversaciones de Salamanca de 1955 (Saura, Patino, Regueiro, Gutiérrez Aragón...), con la Escuela de Barcelona (Jordà, Esteva, Portabella...) e, incluso, los realizadores experimentales vascos (Aguirre, Sistiaga); pero sería más inteligente resaltar los realizadores que conformarían el grupo más potente de la época, la verdadera "nueva ola" española: Carlos Saura, Basilio Martín Patino, Joaquim Jordà, Jorge Grau y Antonio Eceiza.





Se podría tomar como punto de salida tres obras claves de la cinematografía española: Viridiana (1961. Luis Buñuel) —el realizador aragonés jamás pertenecería a ningún nuevo cine, primero, por su condición de nómada exiliado, segundo, porque como otros grandes realizadores como Pasolini, Fassbinder o Bresson, no se puede incluir dentro de ningún nuevo cine, pues ellos mismos, por decirlo de una manera tosca, ya son su propia filosofía, tendencia y vanguardia—, Plácido (1961. Luis García Berlanga) y Los golfos (1960. Carlos Saura); estas dos últimas, claras herencias del neorrealismo de Rossellini y De Sica, territorio afín al guionista Rafael Azcona, que además de Plácido, escribiría buena parte de las películas claves de la época: El pisito (1959) y El cochecito (1960), ambas de Marco Ferreri, El verdugo (1963. Luis García Berlanga), Peppermint Frappé (1967. Carlos Saura), Los desafíos (1969. Azcona, Egea, Guerín y Erice)...





Carlos Saura es un realizador, ya no sólo clave, sino punta de lanza de toda esta generación perdida de directores. De sus primeras inquietudes rossellinianas con "Los golfos", intentó una estilización viscontiana en "Llanto por un bandido" (1964), hasta realizar "La caza", film básico, tanto para la evolución como cineasta del propio Saura —de lo que no es ajeno el hecho de que fuera la primera colaboración entre el realizador oscense y el productor vasco Elías Querejeta—, como para el NCE en su totalidad. En palabras de Zunzunegui «La caza supondrá su tercer (y por mucho tiempo último) paseo por los difíciles caminos del "realismo", aunque estemos ya en un "realismo" profundamente teñido de "simbolismo"». Así, "La caza" se convierte en un film bisagra, entre el realismo cercano al documental de "Los golfos" y las piezas alegóricas (de una dramática que se autoempuja hacia la ficción terrorífica), que Saura filmaría con un estilo cercano a la maestría, como pueden ser "Peppermint Frappé", "Ana y los lobos" (1973), "La prima Angélica" (1974) y "Cría cuervos" (1976). Bisagra que se podría entender entre el documentalismo de Patino en "Nueve cartas a Berta" (1965) y Fernán-Gómez en "El extraño viaje" (1964), frente a la experimentación de “De cuerpo presente” (1967), de Antonio Eceiza y el godardismo de "Acteón" (1967), de Jorge Grau.





"La caza" es una película total. Cuatro personajes (Paco, Luis, José y Enrique, éste, yerno del primero) bajo un sol abrasador entregados a la caza del conejo —título preliminar de la película que la censura recortó a su título definitivo— que acabará deviniendo en "la caza del hombre", la mejor caza, en palabras de Luis (José María Prada), el cazador hedonista, entregado a la bebida y a la literatura de ciencia-ficción como medio de supervivencia. La reunión de estos tres amigos de juventud (el cuarto, sin estar presente físicamente —suicidio de por medio—, lo está a un nivel psicológico, como una verdadera carga sobre unos personajes que no son ni meros reflejos de lo que fueron en el pasado), a los que se les une el joven Enrique (Emilio Gutiérrez Caba), por momentos, el testimonio del espectador dentro del film, mientas va retratando con su cámara fragmentos de la evolución del catártico día de caza, en realidad, una mera excusa de José (Ismael Merlo), el cazador mentiroso, canalla y más perturbado del grupo, para pedir un préstamo a Paco (Alfredo Mayo), el cazador soberbio, autoritario y despiadado, que tanto desprecia al tullido campesino que cuida las tierras de José, como a su propio amigo cuando se rebaja a pedirle dinero.

Hay en La caza mucho de Chabrol y Godard, en especial en el ritmo narrativo y los trucajes fílmicos empleados: movimientos bruscos de cámara, diálogos en primer plano como monólogos…





Bajo el abrasante sol de Toledo –elemento recurrente del film, que subraya constantemente la situación extrema en la que se están colocando los personajes–, van aflorando gradualmente los rencores, las diferencias y las envidias. Todo ello desembocará en la dantesca escena final en la que los tres protagonistas acabarán masacrados los unos por los otros en una orgía de violencia y sangre. La cacería actúa, sin duda, como una metáfora de la Guerra Civil, el principal tabú entre los tres amigos, al que aluden en más de una ocasión sin querer profundizar demasiado en él. Así, organizan la caza como si de una operación militar se tratase, con la cámara recreándose en la minuciosa preparación de las armas que llevan a cabo. A esta visión castrense de la actividad de la caza se une la matanza indiscriminada de conejos, filmada con una gran crudeza, que incide en la naturaleza violenta de los tres protagonistas y nos va preparando sutilmente para el terrible desenlace final.





La Guerra Civil es el gran silencio de la película. "La caza" es una película en la que las alusiones son fundamentales: aquello a lo que se alude pero no se dice es, a veces, mucho más importante que lo que sí articulan los personajes. Arturo es el otro gran silencio del film, la otra ausencia relevante, el personaje que debería participar en la cacería pero que no puede. De él sabemos que se suicidó a causa de cierto desfalco que cometió, pero muy pocos datos podemos recabar sobre él porque los demás personajes aluden a su caso de manera muy superficial.





En definitiva, en mi opinión, "La caza" constituye una obra maestra del cine español, una película producto de su tiempo y realizada en un período en el que era imperante que los directores fuesen cuidadosos e imaginativos para poder contar sus historias en imágenes salvando el escollo de la censura. En "La caza" la violencia aparece tratada de una manera metafórica, casi lírica, a menudo latente, pero sólo patente –y en toda su crudeza y esplendor– en el desenlace.





(Parte de los textos de Erin and Anton Garcia)




Trailer:




Calificación: 6 de 6

viernes, 12 de junio de 2015

Violent Saturday (Sábado trágico) - (1955) - (Director: Richard Fleischer)




Sábado trágico

Título original: Violent Saturday

Año: 1955

Duración: 87 min.

País: Estados Unidos.

Director: Richard Fleischer.

Guión: Sydney Boehm (Novela: William L. Heath)

Música: Hugo Friedhofer.

Fotografía: Charles G. Clarke.

Reparto:

Victor Mature, Richard Egan, Stephen McNally, Lee Marvin, Ernest Borgnine, Virginia Leith, Tommy Noonan, Margaret Hayes, J. Carrol Naish, Sylvia Sidney, Billy Chapin, Dorothy Patrick.

Género: Thriller.

Sinopsis:

En un pequeño pueblo de Arizona, donde nunca pasa nada, los demonios personales de sus habitantes estallan con motivo del atraco a un banco. Entre las historias que se entrecruzan están la de un miembro de la comunidad amish que debe hacer frente al pecado de la violencia, un padre que debe proteger a su hijo y un hombre que intenta recuperar el amor de su esposa.





COMENTARIOS:

Tres forasteros se presentan en Bradenville, un pequeño pero próspero pueblo minero de Arizona, con la intención de asaltar el banco local, basándose en un meticuloso plan que les hará pasar un tanto desapercibidos sin tener que llamar demasiado la atención de sus habitantes.




Por otro lado también asistimos a los problemas personales y familiares de algunos de sus ciudadanos. El apoderado propietario de las minas, Boyd Fairchild (Richard Egan) y su administrador Shelley Martin (Victor Mature), cuyas vidas sentimentales se desvían por distintos cauces. Boyd quiere recuperar a su mujer Emily (Margaret Hayes) de una crisis matrimonial que va cayendo en picado mientras que Shelley quiere demostrar lo orgulloso que se siente de su hijo Steve (Billy Chapin) a quien le hubiera gustado ver a su padre condecorado como héroe de guerra. Lo que parecía un tranquilo sábado para todos, a pesar de dichos problemas domésticos, el atraco al banco va a cambiar bruscamente los acontecimientos dando un giro inesperado a sus vidas.




Película de personajes, según una novela de William L. Heath, que va subiendo en intensidad hasta llegar a un clímax final resuelto con gran brillantez. Atención especial merece su reparto con J. Carrol Naish, Stephen McNally y Lee Marvin como los tres atracadores, Sylvia Sidney como una ladrona, Victor Mature como el cobarde desertor de la guerra y Ernest Borgnine como el amish.
“Sábado Trágico” es una de las mejores películas que realizó el irregular pero casi siempre interesante Richard Fleischer (director de la sobresaliente cinta de Ciencia-Ficción “Cuando el Destino nos Alcance”) que combina una primera parte de carácter melodramático a lo Douglas Sirk en cuánto a mostrarnos la apariencia de cada uno de los personajes; para pasar a una segunda mitad salpicada por la violencia característica en los filmes de género policíaco (Lee Marvin se hace amo de la función como villano sin escrúpulos). Destaca también la presencia del secundario de lujo Ernest Borgnine, que interpreta a un bondadoso patriarca Amish, y que probablemente Peter Weir tomaría nota para su film “Único Testigo” (Witness, 1985).




De hecho es el atraco, y las circunstancias que de él se derivan, lo que paradójicamente, va a poner punto final a los pequeños dramas individuales o de pareja antes desarrollados, y que hasta ese momento final permanecen ocultos o irresueltos, pintando así una sociedad marcada por cierta hipocresía y por las apariencias.




Con un excelente reparto, que incluye estrellas pasadas (Sylvia Sydney), presentes (Mature, Borgnine) y emergentes (Lee Marvin), y un guión notable, que dibuja perfectamente a los personajes (ciertamente variados, incluyendo a una familia Amish), la realización encuentra sus mejores momentos en los planos o secuencias en los que confluyen las diversas tramas de la película, francamente bien resueltos. Pese a su forzada conclusión (todo resulta en ella "demasiado oportuno"), un filme distinto y recomendable.

Trailer:



Calificación: 3 de 6.