Historia de un detective
Título original: Murder, My Sweet
Año: 1944
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos.
Director: Edward
Dmytryk.
Guión: John
Paxton (Novela: Raymond Chandler)
Música: Roy Webb.
Fotografía: Harry Wild.
Reparto:
Dick Powell,
Claire Trevor, Anne Shirley, Otto Kruger, Mike Mazurki, Miles Mander, Douglas
Walton, Don Douglas.
Género: Cine negro.
Sinopsis:
Esta intriga policíaca narra las aventuras de Philip
Marlowe, un detective privado de Los Ángeles que resuelve todo tipo de
misterios. Cuando el exconvicto Moose se pone en contacto con él sobre lo que
parece un caso de lo más rutinario, una serie de pistas falsas aparecen en
escena acusando al protagonista de unos crímenes que no ha cometido. Sin
embargo, todas las pruebas clarifican su intervención en el terrible homicidio…
COMENTARIOS:
Un
interrogatorio y un flashback dan inicio a la trama de la película. El
interrogado es nuestro detective. Las sombras hacen casi invisibles a los
policías que lo interrogan y él aparece con los ojos vendados. Estos juegos con
las sombras y la iluminación son constantes, veremos cómo unos intermitentes
neones se reflejan en el rostro de Powell y su despacho al inicio de su relato.
Esa iluminación hará aparecer de forma fantasmagórica a Moose Malloy reflejado
en un cristal, una solución visual excepcional.
Philip
Marlowe y Sam Spade son las figuras más representativas de las novelas de
detectives y así también de las películas de este género. El primero nace de la
mente de Raymond Chandler y el segundo es hijo de Dashiell Hammett, ellos dos
se encargaron de moldear la figura del detective privado. Marlowe es el
protagonista en esta “Murder My Sweet”, una adaptación de la novela de 1940
Farewell, My Lovely, escrita por Chandler. Originalmente el filme se estrenó
con el título original de la novela, pero los estudios decidieron cambiarlo
para buscar un nombre más llamativo.
En 1975 se hizo una nueva versión con "Adiós, muñeca" (Farewell, My Lovely), con Robert Mitchum como Marlowe.
Cuando
la RKO "fichó" a Dick Powell para hacer una serie de comedias y
musicales (en los que, insisto, el actor se hallaba encasillado desde los años
treinta) no se imaginaban que la estrella iba a cambiar drásticamente de
registro para unirse a los Humphrey Bogart, Edward G. Robinson o John Garfield
en la edad de oro del cine negro. Esta transformación no fue casual: Powell
exigió una cláusula en su contrato que le permitiera actuar en dramas, lo que
le llevó directamente al papel de Philip Marlowe, basado en la novela
"Farewell, My Lovely" de Raymond Chandler.
La
cinta, finalmente se tituló Murder, My Sweet, para evitar la confusión a un
espectador que podía creer que se encontraba ante un título afín a Desfile de
Candilejas o a La Calle 42. Aterrado por el casting el director, Edward
Dmytryk, siguió adelante con la película, con el beneplácito de Raymond
Chandler que sí creía en Powell.
Lo
cierto es que el actor resultó un convincente Marlowe, uno de los tres mejores
en interpretar el papel. Quitando el experimento subjetivo de Robert Montgomery
en La Dama del Lago (Lady in the Lake, 1947), y algunos menos afortunados, los
otros destacables fueron Humphrey Bogart, en la obra maestra de Hawks El Sueño
Eterno (The Big Sleep, 1946); y Elliot Gould en la singular El Largo adiós de
Robert Altman (The Long Goodbye, 1973), donde la trama rozaba la parodia, los
actores parecían improvisar y los diálogos anunciaban el cine de Quentin
Tarantino, casi dos décadas antes.
La
sensación de parecer que siempre estaba a punto de ser golpeado o convaleciente
de alguna pelea, más la angustia que Chandler siempre le quiso dar a su
personaje, encajaba muy bien con el físico más débil de Powell -pero la mente
despierta- frente a unos oponentes tan amenazantes como Otto Kruger, con
aspecto de Nazi, (La Segunda Guerra Mundial aún no había finalizado y los
"malos" que mejor funcionaban de cara a la taquilla eran los de
aspecto germano) y el gigantón Mike Mazurki.
Como
en otras películas basadas en la obra de Chandler, los diálogos presidían un
tratamiento del guión muy entretenido gracias a que el protagonista se
enfrentaba a dos casos distintos; dos historias en apariencia, diferentes, que
se solapaban y encontraban al final de camino. El relato en off, dentro de un
larguísimo flashback, las ironías de Marlowe, la confusión de la trama, la
rubia fatal (Claire Trevor) y la fotografía tenebrosa redondeaban uno de los
mejores film noir de la época. Uno de los responsables de que Nino Frank
(periodista francés) bautizara el género con dicho adjetivo.
Bajo
las nuces de neón de Los Ángeles filmada en blanco y negro, entre finas tandas
de lluvia incesante y niebla opaca, en escenarios teñidos de un intenso negro
color noche, "Historia de un detective" destaca con luz propia en el
olimpo de las mejores obras maestras del cine negro... y la interpretación del
cantante, actor, productor y director Dick Powell como el sarcástico e irónico
Marlowe, es de lo mejorcito del género...
Merece
la pena verla aunque sólo sea por deleitar nuestros oídos con los insuperables
diálogos de las novelas de Chandler, secos y lacónicos, incisivos,
irreverentemente adolescentes y directos al pecho del espectador como ranas
mojadas encima de rocas frías...O aunque sólo sea por ver a Marlowe encender
una cerilla con el trasero de una estatua de Cupido, imagen fetichista donde
las haya...
Con
algunas variaciones menores con respecto a la novela de Chandler la
película continúa siendo una gran obra.
Trailer:
Calificación: 5 de 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario