TÍTULO ORIGINAL: Le concert.
AÑO 2009
DURACIÓN: 119 min.
PAÍS: Francia.
DIRECTOR: Radu Mihaileanu.
GUIÓN: Radu Mihaileanu.
MÚSICA: Varios.
FOTOGRAFÍA: Laurent Dailland.
REPARTO:
Aleksei Guskov, Mélanie Laurent, Dmitri Nazarov, Valeriy Barinov, François Berléand, Miou-Miou, Lionel Abelanski, Vasile Albinet, Laurent Bateau, Ramzy Bedia.
Sinopsis:
En tiempos de Brézhnev, Andreï Filipov, el mejor director de orquesta de la Unión Soviética, estaba al frente de la célebre orquesta del Bolchoï. Pero fue destituido, pues se negó a despedir a los músicos judíos, entre los que estaba Sacha, su mejor amigo. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolchoï, pero como hombre de la limpieza. Una tarde en que se queda trabajando hasta muy tarde, descubre un fax dirigido al director del Bolchoï, en el que el Teatro del Châtelet invita a la orquesta a dar un concierto en Paris. Entonces, a Andreï se le ocurre una idea peregrina: reunir a sus antiguos amigos músicos con el fin de que suplanten a los músicos oficiales del Bolchoï. Sería una oportunidad única de tomarse la revancha
Comentario:
El corrosivo director Rumano utiliza el costumbrismo social y la sátira para -en este caso, criticar parte del pasado comunista de la URSS y del presente insolidario de nuestra sociedad, que hace que la película se vea con interés, emoción y sensibilidad, ya que la película es en gran parte emotiva.
Y es emotiva porque llegas a simpatizar con esa panda de músicos venidos a menos enrolados en un proyecto a punto de irse al traste en todo momento, ese grupo de perdedores sobrevenidos por el sistema de turno que favorece al de siempre, por esa cuadrilla de músicos que al final hacen buena la frase que la unión hace la fuerza y así, la orquesta sin violín o el violinista sin orquesta no lograran nunca la perfección de la obra, el “momento sublime” al que todo perfeccionista intentará llegar, pero sólo con el grupo compacto, se obtiene el triunfo.
Plantea dos historias, una individual y otra colectiva, muy bien trabadas entre sí. La primera, la referida a los personajes protagonistas y el secreto del pasado que hace de vínculo entre todos ellos (a la chica le han contado una mentira cuyas consecuencias no parecen diferir mucho de las que provocarían los hechos auténticos), anda siempre con el aliento del folletín o el culebrón televisivo en el cogote (los sucesos que finalmente narra son dignos del medio), aunque funciona por las excelencias de la puesta en escena, por los buenos y muy buenos actores y especialmente por su efectiva partitura emocional, pues sabe ir tocando los acordes sentimentales del espectador sin desafinar pero con un efectivo crescendo.
La segunda trama, la colectiva se aplica sobre un referente más novedoso e interesante, los destinos y fracasos del socialismo real, del régimen comunista soviético, y está construida con bastante más libertad, proponiendo una dolorosa reflexión sobre los efectos que en la vida de muchas personas tuvo un sistema político, con un estupendo y significativo trío de personajes masculinos cuya vida ha quedado marcada por este fracaso colectivo, el marginado director protagonista, su amigo, todo un virtuoso del chelo desterrado al volante de una ambulancia, y especialmente el gerente que continúa aferrado a la vieja guardia, un personaje con giros, matices y momentos (su relación con los restos del Partido Comunista Francés) realmente brillantes.
Lo dicho, película emotiva, con buena música y su puntito de lágrima, muy bien rodada dentro de los límites que te permite reírte de la situación y emocionarte con los músicos, sin que el film se desborde al mundo sensiblero y fácil, desfiladero que destrozaría la película, dejándola en el Olimpo del montón olvidable.
Tráiler:
Calificación: 4 de 6.
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