Una vida marcada
Título original:
Cry of the City
Año: 1948
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos.
Director: Robert Siodmak.
Guión:Richard
Murphy (Novela: Henry Edward Helseth)
Música: Alfred Newman
Fotografía: Lloyd Ahern.
Reparto:
Victor
Mature, Richard Conte, Mimi Agulia, Shelley Winters, Fred Clark, Tommy Cook,
Debra Paget.
Género Cine negro.
Sinopsis:
Un
astuto y peligroso delincuente que ha matado a un policía es perseguido por un
teniente de homicidios que fue su compañero de juegos durante la infancia,
cuando ambos vivían en el barrio italiano (Little Italy) de Nueva York.
COMENTARIOS:
Rodada en Nueva York, la película
debe su nombre tan acertado de Cry of the city ("Llantos de la ciudad" más
atractivo que "Una vida marcada") al riesgo de una denuncia por un
abogado, Martin Rome, a causa del título inicialmente elegido de Martin Rome
and the law (Martin Rome y la ley). El guión de Richard Murphy, en el cual participó
Ben Hecht, se basa en la novela The Chair for Martin Rome de H.E. Helseth.
La música de Alfred Newman suena con
los títulos de créditos con el excelente
"Street Scene" que fue su primera creación en la película del
mismo nombre en 1931. Pero el jazz se manifiesta también en Cry of the City
para acompañar al personaje del
joven Toni, con pequeños ritmos en el estilo de
"Fever" o el muy bueno final de piano antes de escuchar de nuevo
"Street Scene". Excelentes partituras de Harry Akst con "Baby Face"
y "I Wonder Who's Kissing Her Now" de J.E. Howard, temas que oímos en
numerosas películas.
Película
bastante desconocida tanto en la carrera del director como en el catálogo del
gran cine negro americano y que sin embargo, he de reconocer, me sigue
impresionando y causando gran admiración cada vez que tengo suerte de poder
disfrutarla en la pantalla.
El
gran Robert Siodmak dirige el relato de un delincuente italoamericano Martin
Rome (Richard Conte) atrapado en un laberinto de callejones sin salida al que
es sometido tras ser detenido por el asesinato de un policía. A partir de aquí
se desencadenan sin descanso multitud de acontecimientos que aumentan el grado
de tensión y acorralamiento al que es sometido Martin, sobre todo por parte del
teniente Candella (Victor Mature) que curiosamente había crecido con él en el
barrio de little Italy. Relatada en una prodigiosa ambientación de la ciudad de
Nueva York las sombras se apoderan de la cinta haciéndola aún más inquietante
en todo su desarrollo.
Ni
que decir tiene que las interpretaciones están en un grado superlativo y que
son lo mejor de la película. Todo el reparto está increible destacando por
encima de todo un maravilloso duelo interpretativo entre el gran Victor Mature
y el enorme Richard Conte. A esta última característica de la produccíón ayuda
mucho la profundización que se hace de todos y cada uno de los personajes. Es
quizás lo más destacable. Pocas películas recuerdo en mi camino cinematográfico
donde aparezcan tantos y tan distintos personajes y todos ellos llevados hasta
el límite y expuestos detalladamente al espectador.
Con
todos estos ingredientes sumados a un guión perfecto, un profundo mensaje
moralista y familiar y la mano de uno de los mejores directores americanos del
estilo noir, estamos ante otro clásico imprescindible del cine negro americano
y que hoy en día, sesenta años después de su estreno, sigue estando en la cima
del mejor cine de accion y suspense.
A
los clásicos enfrentamientos moralistas
que nos cuentan tantas películas de policías y gángsteres, Robert Siodmak
responde aquí con una matización de la frontera
entre "el bien y el mal"
que da a Cry of the City un sabor entrañable. El tema del policía
irreprochable frente al delincuente no importa tanto como la afectividad que envuelve al conjunto de los personajes: una suave
sabana de lino empapada de lágrimas y dolores, los llantos de la ciudad (Cry of
the City). Sí James Gray con We Own the night o The yards, Martin Scorcese en casi toda su obra, matizan igualmente esta
frontera, en este "torrente de amor" podemos pensar más bien a John
Cassavetes.
Trailer:
Calfiacación: 4 de 6.
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