Troy Donahue - Sandy Winfield II Van Williams - Ken Madison Lee Patterson - Dave Thorne Margarita Sierra - Cha Cha O'Brien Diane McBain - Daphne Dutton
Sinopsis:
Surfside 6 (a menudo también mencionada como Surfside Six) es una serie de televisión de ABC (1960-1962) que trataba acerca de una agencia de detectives ubicada en un bote-residencia de Miami Beach, con las actuaciones de Troy Donahue como Sandy Winfield II, Van Williams como Kenny Madison (un personaje reciclado de Bourbon Street Beat, una serie similar que aparecía en el mismo horario en la temporada anterior al estreno de Surfside 6), y Lee Patterson como Dave Thorne. Diane McBain tenía el personaje de la socialité Daphne Dutton, cuyo yate estaba estacionado al lado del bote-residencia. Margarita Sierra también tenía un rol de reparto como Cha Cha O'Brien, una bailarina que trabajaba en el Boom Boom Room, una casa de entretenimiento de Miami Beach en el Fontainebleau Hotel, justo al frente de Surfside 6. Surfside 6 era una dirección real en Miami Beach, donde se encontraba un bote-residencia que no tenía relación con la serie.
Troy Donahue, Lee Patterson y Van Williams.
Surfside 6 era una de las cuatro series televisivas de detectives producidas por Warner Brothers en aquel tiempo, siendo las otras 77 Sunset Strip (ambientada en Los Angeles), Intriga en Hawái (ambientada en Hawaii), y Bourbon Street Beat (ambientada en Nueva Orleans). Los personajes, ambientes, guiones, y otras cosas más, se entrecruzaban entre una serie y otra, considerando que estas cuatro series se grababan en los mismos estudios en Los Angeles.
Surfside 6 posee una música de cabecera compuesta por Jerry Livingston y Mack David. La cabecera a menudo ha sido parodiada en la cultura popular norteamericana. El texto de la canción variaba cada semana, manteniéndose intactas las frases "Surfside 6" y "In Miami Beach!". Cuando se introdujo a Margarita Sierra en uno de los roles principales, la melodía era acompañada de cantantes que cantaban la frase "Cha Cha Cha" cuando el anunciador presentaba a Sierra, la cual hacía un guiño a la cámara durante la breve secuencia.
En su primera temporada, Surfside 6 compitió contra las comedias de situaciones de la CBS, Bringing Up Buddy y The Danny Thomas Show; y Tales of Wells Fargo de NBC, un drama ambientado en el Lejano Oeste Norteamericano, con la participación de Dale Robertson. En su segundo año, Surfside 6 compitió contra Danny Thomas y The Andy Griffith Show en CBS; y la serie de NBC 87 Precinct, de corta duración pero aclamada en Estados Unidos, protagonizada por Robert Lansing, una serie acerca de un distrito policial ficticio de Nueva York.
Un año más, os felicito las Navidades con la gran y entrañable película "Que bello es vivir".
La historia es sencilla, pero me gusta porque refleja varios de los valores humanos que más admiro en aquellas personas que los encarnan: la actitud de servicio, el espíritu de lucha, la capacidad de sacrificio, el sentido de hacer lo correcto, el compromiso, la honestidad, la integridad, el valor de la familia… y sobretodo ser consecuentes con nuestros actos, ya que vivir implica influir sobre las demás personas, y dicha influencia puede ser negativa o positiva. Eso depende únicamente de uno mismo.
¡Qué bello es vivir!. El título de la película dice que vivir es maravilloso, pero el argumento aclara que vivir no es fácil. Cada día surgen distintos avatares y vicisitudes que nos envuelven y nos complican hasta hacernos perder, en ocasiones, el sentido y el valor de nuestra existencia. En muchas ocasiones tenemos que recomponernos física y mentalmente para afrontar un nuevo día con ilusiones renovadas y con nuevas energías.
Pero así es la vida y eso es lo que la hace interesante. Nadie sabemos qué nos deparará el futuro, el próximo año, el día siguiente, el minuto posterior al que está transcurriendo… Sin embargo, somos conscientes de que nunca debemos de dejar de pensar en nuevos proyectos, generar nuevas ideas, afrontar nuevos retos, soñar, disfrutar, trabajar, viajar, llorar, luchar, reír, sentir… Hay que vivir con intensidad todo lo que nos pasa porque cada momento que vivimos es único e irrepetible.
Nuestra energía es la que transmite ilusión a las personas de nuestro alrededor y hace más fácil la vida a los demás.
Nada sería igual sin las personas que conocemos, sin las personas que queremos… Nada sería igual sin ti.
Vivir la vida es el mejor regalo, por eso os deseo unas
Walter Huston, James Stewart, Beulah Bondi, Gene Reynolds, Guy Kibbee, Charles Coburn, John Carradine, Ann Rutherford, Leatrice Joy Gilbert, Charley Grapewin, Leona Roberts, Gene Lockhart, Clem Bevans, Arthur Aylesworth, Sterling Holloway, Ward Bond.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer.
Género: Drama.
Premios: 1938: Nominada al Oscar: Mejor actriz de reparto (Beulah Bondi)
Comentario:
A un apartado pueblo de pioneros a las orillas del Rio Hudson llega en el vapor un nuevo párroco procedente de Maryland con su mujer y su hijo. Su carácter, habilidad y valores le permitirán irse ganando a la desconfiada comunidad, al tiempo que empeora la relación con su propio hijo, incapaz de soportar la excesiva rigidez paterna. Este sencillo argumento sirve para mostrarnos una galería entrañable de personajes como el alcohólico doctor soberanamente interpretado por Charles Coburn o la inolvidable Beulah Bondi como madre y esposa del párroco Wilkins –gran trabajo de Walter Huston-.
El mundo de los pioneros o de los parajes aislados aparece muchas veces descrito en el cine de Brown -quien pese a nacer en Massachusets se crió en Tennessee-, y así podemos recordar “The Yearling” (1946), “Intruder in the dust” (1946), una auténtica obra maestra, o su última producción “Plymouth Adventure” (1952). Brown tiene una habilidad casi fordiana para poner en escena con humilde pero emotiva sensibilidad las pequeñas historias de esta comunidad y extraer de los actores actuaciones excepcionales pero profundamente naturales.
Hay también, sin embargo, algún elemento de disgusto en película tan distinguida, como la prescindible y enfática apología maternal en la sorprendente escena con el presidente Lincoln -irreconocible John Carradine-, un poco fuera de contexto, y por una ligera descompensación en la trama al iniciarse como el fresco de un mundo pionero y apartado para terminar convirtiéndose en una convencional loa al sacrificado amor de madre, lo que no impide nuestra recomendación absoluta sobre el valor y la calidad de esta más que notable película. (Por Gould en filmaffinity)
Guion: Ainsworth Morgan, Stephen Morehouse Avery (Novela: Samuel Hopkins Adams)
Música: Herbert Stothart.
Fotografía: George J. Folsey (B&W)
Reparto:
Joan Crawford, Robert Taylor, Lionel Barrymore, Franchot Tone, Melvyn Douglas, James Stewart, Alison Skipworth, Beulah Bondi, Louis Calhern, Melville Cooper.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
Género: Drama.
Sinopsis:
Un senador rechaza a Peggy O'Neal, y ella, despechada, decide casarse con un teniente. Muerto éste en combate, se casa con un miembro del Gobierno, pasando así a formar parte de la alta sociedad. Pero esto no impide que se deje seducir por un joven, dando lugar a toda clase de habladurías en los círculos de Washington.
Premios: 1936: 2 nominaciones al Oscar.
Comentario:
Producida por Joseph L. Mankiewicz con un impresionante reparto encabezado por Joan Crawford y Lionel Barrymore, personajes históricos y de ficción concurren en esta película desarrollada en el contexto de las batallas políticas –algunas de ellas curiosamente tan de actualidad en la España de hoy en día- de la naciente democracia americana, en los años 20 del siglo XIX y, en especial, en torno a la presidencia de Andrew Jackson, séptimo presidente de los EEUU.
Parte de la historia de Samuel Hopkins Adams es históricamente cierta, pero la mayor parte tiene un tono increíble y los personajess nunca son muy convincentes en sus argumentos políticos o emocionales. La historia nos obliga a aceptar la verdadera contribución de Peggy Eaton a la preservación de la democracia jacksoniana.
En algún momento durante 1936, los dirigentes que estaban en MGM decidieron tomar tal vez su mayor estrella del momento, Joan Crawford, y hacer todo lo posible para ponerla en la producción de más alta calidad. El tema que eligieron fue algo extraño.
Para la Sra. Crawford (técnicamente en este punto la Sra. Franchot Tone), la estrella más contemporánea en perspectiva y comportamiento, eligieron el drama histórico de vestuario "The Gorgeous Hussy". Aunque Crawford tenía una experiencia limitada en piezas de época y westerns hasta la fecha, nunca fueron su fuerte. Después de la respuesta crítica cada vez más tibia a "The Gorgeous Hussy", Crawford evitaría piezas de vestuario para el resto de su carrera. A pesar del desdén crítico, la película obtuvo una ganancia decente para el estudio y definitivamente no puede considerarse un fracaso comercial.
"The Gorgeous Hussy" contó con Joan Crawford sin coste alguno, MGM reunió un elenco ejemplar en apoyo de la representación de Joan Crawford de Peggy O'Neal. Como su primer esposo y oficial naval Bow Timberlake es Robert Taylor. Jimmy Stewart es en ocasiones el pretendiente Rowdy Dow, pero su función principal es el alivio cómico. Otros pretendientes vienen en las formas de Franchot Tone como miembro del gabinete John Eaton y Melvyn Douglas como el senador John Randolph. Para terminar, Lionel Barrymore es el propio Andrew Jackson.
Aquellos que buscan una película clásica de Crawford pueden verla como una joya olvidada, durante muchos años fue difícil encontrar y ver esta película que a pesar de todo resulta muy agradable.
Gorgeous Hussy - Allan Gray - Harmonic Orchestra - Conductor Hans Ma:
Robert Vaughn, Elke Sommer, Felicia Farr, Karlheinz Böhm, Luciana Paluzzi, Boris Karloff, Roger C. Carmel, Edward Asner, Joe De Santis.
Productora: MGM
Género: Acción.
Sinopsis:
Un periodista, que fue expulsado de la CIA por haberse casado con una comunista, vuelve a ser requerido cuando se produce un atentado en Venecia durante una conferencia de paz. La odisea de Fenner (Robert Vaughn) lo lleva a través de dobles y triples cruces en el mundo del espionaje internacional que una vez dejó atrás.
Comentario:
Robert Vaughn interpretó al súperpopular Napoleón Solo en la serie televisiva "El agente de CIPOL" (The Man From U.N.C.L.E.) de 1964 a 1968. La serie se inspiró en el éxito de James Bond, llena de artilugios extravagantes y supervillanos malvados. La popularidad de Vaughn lo llevó a protagonizar "The Venetian Affair" , un thriller de espías de la Guerra Fría con un tema mucho más serio y profundo. Aquí, interpreta a Bill Fenner, ex agente de la CIA, ahora un reportero borracho que queda atrapado en una intriga internacional.
Dirigida por Jerry Thorpe, prolifico director y productor de TV: Hawai 5-0, Kung Fu, Falcon Crest... y que solo dirigió dos largometrajes, ·Las pistolas del infierno· (Day of the Evil Gun) en 1968 y "The Venetian Affair" (Intriga en Venecia) en 1966.
MGM respalda el eficiente y ordenado guión de E Jack Neuman basado en la novela de Helen MacInnes y el director Jerry Thorpe dirige con correción un equipo donde sobresale Milton Krasner como director de fotografía, mientras Enzo Serafin hace la fotografía de Venecia y la siempre estimulante música de Lalo Schifrin.
A pesar del título, este thriller no es un cursi film de espias, es ciertamente atractivo y efectivo, interpretado por el infravalorado Robert Vaughn y acompañado de un curioso y agradable reparto: Elke Sommer, Felicia Farr, Luciana Paluzzi, Joe de Santis, Karlheinz Böhm, Edward Asner... y el gran Boris Karloff.
Film de intriga muy entretenido, siempre da gusto ver acción por los canales de la hermosa ciudad de Venecia.
Macdonald
Carey, Shirley Anne Field, Viveca Lindfors, Alexander Knox, Oliver Reed, Walter
Gotell, James Villiers, Tom Kempinski, Kenneth Cope, Brian Oulton, Barbara
Everest, Allan McClelland, James Maxwell, Rachel Clay, Caroline Sheldon.
Género: Ciencia ficción. Drama.
Sinopsis:
Weymouth,
Inglaterra, principio de los años sesenta. Joan, una joven británica, actúa de
cebo para que la banda liderada por su hermano King robe y apalice a un súbdito
norteamericano llamado Simon Wells. Después de ser agredido y abandonado sobre
el arcén, Simon recibe ayuda por parte de Bernard y sus amigos. Al regresar a
su embarcación anclada en el puerto de Weymouth, Wells vuelve a reencontrarse
con Joan, pero en esta ocasión sus intenciones parecen ser bien distintas. De
hecho, Joan pretende zafarse del control que ejerce su hermano mayor sobre ella
y se presta a embarcar junto a Simon en su pequeño yate. Sin embargo, King y su
grupo de “teddy boys” les siguen la pista con sus motocicletas bordeando la
costa. Al verse rodeados, Simon y Joan saltan una valla protectora electrificada
y penetran en una especie de recinto militar. Ambos no tardan en precipitarse
por un acantilado, y acto seguido, las olas arrastran sus cuerpos hacia la
orilla. Allí los recogen unos niños que viven confinados en unas galerías
subterráneas conectadas con el centro militar vía circuito televisivo, cuyo
habitual interlocutor es el enigmático profesor Bernard.
INTRODUCCIÓN:
Joseph Losey - Director
Procedente
de una importante familia, estudió en un principio medicina y la abandonó para
estudiar letras. Su inclinación artística comenzó durante la década de los 30,
cuando frecuentó la Graduate School of Art and Sciencies y desarrolló numerosas
actividades tanto en el campo periodístico y radiofónico como en el teatral. En
este último medio alcanzó mucho prestigio, pues fue el responsable de algunos
espectáculos en colaboración con Bertolt Brecht, entre los que destaca la
puesta en escena de "La vida de Galileo", (exponente del teatro
épico) y se trasladó a Rusia para estudiar técnicas teatrales.
A
finales de los años 30 comienza a tener sus primeros contactos con el cine, y
realizó algunos trabajos para la administración estadounidense y largometrajes
de carácter educativo. En 1948 dirigió el primero: The Boy with the Green Hair
(El muchacho de los cabellos verdes) para la RKO.
En
1952, como muchos de sus coetáneos, fue víctima de la política del senador
Joseph McCarthy, acusado de mantener actividades "antiamericanas".
Emigró entonces a Inglaterra, donde, tras trabajar con varios pseudónimos,
entre ellos el de Joseph Walton, Victor Hanbury o Andrea Forzano, decidió
instalarse definitivamente y proseguir su labor cinematográfica. Empezó a
obtener reconocimiento crítico a partir de su exitosa colaboración con el
dramaturgo Harold Pinter en tres películas: su obra maestra El sirviente
(1963); Accidente (1967) y El mensajero (1970), y por esta última obtuvo la
Palma de Oro en Cannes.
Unas
de las primeras películas de Joseph Losey tras su exilio londinense tras ser
una de las víctimas de la caza de brujas del McCarthismo (cosas que tiene el
irse a estudiar tecnicas teatrales en Rusia, que le tachan a uno de
"rojo"). Exilio londinense que más tarde se haría perpétuo y que nos
dará joyas como "El sirviente" (también de 1963) o , más tarde,
"El mensajero" con la que lograría la Palma de Oro de Cannes de 1970.
COMENTARIOS:
Joseph
Losey fue uno de los grandes autores americanos víctimas del boicot instaurado
por la caza de brujas de Joseph McCarthy lo que le obligó a emigrar a Gran
Bretaña en busca de las habichuelas cinematográficas negadas en su país de
origen. Cineasta de gran personalidad y gran director de actores, ya había
dejado muestras de su talento en Estados Unidos filmando obras tan magnas como
El muchacho de los cabellos verdes, El Merodeador, Mo El Forajido. Sus singulares películas noir,
de gran calado social,reflejaban con
gran acierto la rabia que imperaba en una parte de la sociedad americana en los
años de post guerra. Desgraciadamente el nombre de Losey únicamente suele
mencionarse cuando se recuerda la trilogía que rodó en los años sesenta con el
dramaturgo Harold Pinter (El sirviente, Accidente y El mensajero) dejando en el
olvido magníficas muestras de cine puro de autor como El otro señor Klein,
Galileo, El criminal o Eva, todas ellas de una intensidad difíciles de
encontrar en otros cineastas de su generación.
Indagando sobre cintas de Ciencia-Ficción, descubrí 'Estos son los condenados'
('The Damned', 1963), una producción de la Hammer que, ante todo, sirve para
demostrar la enorme versatilidad del cineasta estadounidense, estableciéndose
al tiempo como uno de los primeros pasos en la configuración de nuevos modos
dentro del género que se alejan ya, y de qué manera, de lo que habíamos visto
durante los años 50.
Pero
hasta que la cinta muestra sus cartas,
'Estos son los condenados' discurre por terrenos tan extraños como alejados de
lo que entendemos por ciencia-ficción, y para ello nada sirve de mejor ejemplo
que la secuencia que abre la cinta, con un turista recorriendo las calles de la
ciudad costera de Weymouth sin saber que va a recibir una paliza de mano de una
pandilla de moteros encabezados por un perturbador —y perturbado— Oliver Reed,
un personaje de aparente irrelevancia más allá de servir de catalizador inicial
a los acontecimientos que se irán desplegando pero que termina siendo
fundamental en la recta final de la cinta.
Sin
querer desvelar mucho de la trama de ésta, resumamos la misma de forma escueta.
De una parte tenemos al turista que recibe la paliza y que, recuperado, huye
con la hermana de Reed en su barco para terminar yendo a parar a una caverna de
una isla en la que hay un extraño grupo de niños de once años cuyo
comportamiento resulta bastante singular. De la otra tenemos a Bernard, un
científico que conduce un proyecto secreto en dicha isla y a Freya —soberbia
Viveca Lindfords aunque, ¿cuándo no lo estuvo la desaparecida actriz?—, una escultora
que habita en ella y desconoce por completo lo que su amigo desarrolla allí.
Como decía, si sólo atendiéramos al inicio de la cinta, marcado
por una canción rockera que llega a hacerse insoportable y por la presencia de
esos pandilleros que parecen prefigurar a los que Kubrick mostrará años más
tarde en 'La naranja mecánica' ('A Clockwork Orange', 1971) —tanto es así que
mucho hay en el personaje de Oliver Reed que nos recuerda al Alex de Malcom
McDowell—, no podríamos afirmar que estamos ante un filme de ciencia-ficción.
Bien es cierto que el ambiente que dibuja Losey, marcado a lo largo de todo el
metraje por sus composiciones, lentas panorámicas, sesgadas angulaciones y
singulares planos lejanos, delimitan un tono surrealista que incomoda al
espectador sin que éste pueda precisar el motivo. Pero más allá de lo que la
dirección del cineasta concreta, la ciencia-ficción, tal y cómo la habíamos
entendido hasta entonces, brilla por su ausencia.
Sin
prisa pero sin pausa, la cinta va hilvanando a través del guión de Evan Jones
un discurso que, trascendido su ecuador, comienza a apuntar hacia los elementos
que hacen que éste filme adquiera tanta relevancia dentro del género como para
haberlo elegido de cara al ciclo: toda vez que la acción se traslada a la isla
y los niños que en ella habitan adquieren protagonismo, empieza a insinuarse un
panorama aún más extraño, apuntalado por frases sueltas y situaciones en
apariencia sin importancia que, consideradas en su totalidad conforman un
escenario aterrador que parece salido de las páginas del '1984' de Orwell, con
los infantes viviendo aislados en un búnker que está controlado en su totalidad
por cámaras y gobernado por un Gran Hermano —Bernard— que todos los días
imparte lecciones a los chavales a través de la frialdad de una pantalla.
Éstos,
que desconocen por completo otra realidad que no sea la que se les ha mostrado
desde que eran unos bebés, se antojan partícipes de un experimento que
parecería querer poner en práctica las ideas del mito de la caverna de Platón
cuando, una vez revelado el pilar de la trama —que no voy a desvelar—, ante lo
que nos encontramos es una espléndida vuelta de tuerca acerca de los peligros
de la energía atómica que tanto marcaron a la ciencia-ficción de la década
anterior: trastocando por completo la manera en que el miedo a la bomba era
contemplado pocos años antes, los planteamientos que hace aquí 'Estos son los
condenados' resultan terroríficos, si bien su fuerte matiz de inocencia bajo
una óptica contemporánea les resta algo de efectividad.
Considerando
las circunstancias que envolvieron el exilio de Joseph Losey a Inglaterra tras
ser perseguido por la caza de brujas en su país natal, la adecuación del
cineasta a lo que debe ir desgranando a lo largo del metraje no podría ser
mayor y la frialdad a la hora de plasmar la acción que vemos en pantalla es de
una elocuencia tremenda —hablando de esas lentas panorámicas, atención a una de
las que cierra la cinta—, no siendo el filme tanto una exposición de la
paranoia de la Guerra Fría —que también— como un grito ahogado sobre la
imposibilidad de evitar las consecuencias que de ella se derivan.
Un
grito que se torna en acongojante en los últimos planos del filme, que alejan
por completo de 'Estos son los condenados' la sombra de ese otro filme de
ciencia-ficción británico con niños que fue 'El pueblo de los malditos'
('Village of the Damned', Wolf Rilla, 1960) y posiciona a esta singular
producción como uno de los descubrimientos más interesantes de cuántos he hecho
hasta el momento. (Sergio Benítez en Blog de cine)